Sólo el estudio, la investigación, el diálogo y la reflexión sobre la vida del hombre en todas sus dimensiones nos acerca a la verdad.

sábado, 8 de agosto de 2009

MENSAJE A LOS ESTUDIANTES DE I.E. Nº 10 J.M.

Jóvenes las circunstancias por las que está atravesando la institución y dentro de ella, ustedes como parte fundamental de la comunidad educativa, centro de sus propuestas y búsquedas, determinan la mayor atención de cada uno de sus integrantes, con el fin de establecer sus necesidades y la disposición indispensable para alcanzar su solución con la participación conjunta de todos.

La jornada matinal de la Institución Nº 10, Sede Rodolfo Morales surgida en el año 2003, ha aportado elementos importantes que no se deben dejar a un lado como producto de decisiones que buscan marchar por caminos que conducen al facilismo, al desconocimiento de la existencia de normas, poniendo en práctica el mensaje común en el del mundo de hoy “hecha la ley hecha la trampa”. Expresión de una realidad que propone lo ilícito, la corrupción, cuyo fin es que el individuo se entregue al hedonismo. O sea, a considerar que la satisfacción de las necesidades humanas gira solamente alrededor del placer, de las comodidades materiales, cuya condición esencial es el dinero, llegando a afirmar que si este no existe no hay vida.

Hoy es necesario buscar los orígenes de las acciones que se han llevado a cabo. Volver a las propuestas iniciales desarrolladas por esta jornada de la institución en esta sede, cuyas actividades fundamentales apuntaban a la educación. A buscar conocimientos que ayudaran a enfrentar los nuevos hechos que se presentaban. O sea, ante que ser comprendidos, se deseaba comprender lo que sucedía, esto incluía a las personas participantes. Antes de esperar ofrecimientos se daba. Antes de querer ser encontrados, se buscaba.

En medio de las alegrías y a veces desafueros, fruto de la etapa de desarrollo biopsicosocial en que se transitó y se está, dentro de la propuesta de vida que Maicao le hace a sus habitantes, es bueno pensar en lo que se ha construido consciente o inconscientemente. Sobre todo ese espíritu de rodolfista, ese sentirse perteneciente a la institución, en la medida en que se consideraba que lo ofrecido por ella y luchado por todos, llenaba gran parte de las búsquedas que se tenía y se satisfacían.

¿Qué ha pasado en la vida institucional? ¿Qué ha sucedido, que se ha dejado de ser totalidad, para que ella se convierta en grupos y grupitos? ¿Por qué algunos han llegado al extremo de individualizarse tanto, que hoy andan solos sintiéndose incomprendidos, sin hacer el esfuerzo por buscar las razones que les haga comprender su soledad y la responsabilidad individual que tienen en ella? ¿Por qué el momento actual se caracteriza por no buscar nuevos conocimientos, por no tratar de comprender lo que sucede, no dar, no querer encontrar?

Estos son interrogantes que deben cuestionar interiormente a toda la comunidad educativa. No es justo que se abandone lo necesario en la formación como personas y seres sociales, para que predomine el ser humano indolente, insensible, intolerante, que no valora a los demás ni se valora a sí mismo. Como si no fuera capaz de extraerle las significaciones positivas a las acciones de los demás. En muchas ocasiones ni a las propias realizaciones.

Jóvenes si se estudia un poco lo que ha sido la vida del hombre, aparece el trabajo como el elemento determinante de su vida. Entendido como el proceso mediante el cual el hombre enfrenta la realidad, modifica la naturaleza de las cosas, incluyéndose a sí mismo, produce objetiva y subjetivamente su propia vida, satisfaciendo sus necesidades, a partir de crear nuevas y mejores situaciones de existencia, de acuerdo a unos fines y objetivos definidos por él con antelación.

Desarrollar este concepto implica asumir una posición erecta, bajarse de los árboles. Dejar de vivir sólo para recoger los frutos que se encuentran y que otros cultivan. La posición erecta significa poner los pies en tierra, levantar la frente y darse cuenta de que así se puede tener un mayor horizonte, una mayor percepción y posibilitar una visión más de conjunto del espacio en que se está y del papel que juega el hombre como sujeto constructor de él. No mirarse sólo a sí mismos. En otras palabras, asumir las responsabilidades individuales y sociales que corresponden en contexto.

Hay que asumir la condición de seres sociales. Es imposible el individuo aislado. El hombre es producto social. De ahí que la organización social sea lo fundamental para alcanzar los éxitos, a través del trabajo. Desde lo más simple a lo más complejo. Desde la familia, la escuela, los grupos, la comunidad, las clases sociales, la sociedad, los partidos políticos, los movimientos sociales, el estado, las instituciones que lo constituyen, etc. Considerando al interior de cada una de estas instancias sociales, los diferentes roles que conforman el entramado del que debe ser consciente la persona.

Exige liberar las manos desde la más profunda coordinación psicomotriz y socioafectiva, que permita desarrollar las habilidades y destrezas necesarias para adelantar las labores materiales, intelectuales y espirituales que corresponden a la realización de la condición de ser humano.

Con base en esas necesidades se han perfeccionado los órganos de los sentidos, se ha desarrollado el lenguaje y se ha estructurado el pensamiento elevando a límites insospechados la capacidad de abstracción y de discernimiento del hombre, expresándose en los niveles de desarrollo científico y tecnológico que caracteriza e identifica su vida hoy. Convirtiéndose el conocimiento en fuerza productiva determinante de la existencia humana.

Por ello, la exigencia de la época es superar el nivel cotidiano, sensorial del conocimiento producto de la experiencia inmediata, válido para ciertas circunstancias, que se constituyen en posibles bases de investigaciones posteriores, para alcanzar el nivel científico del conocimiento, fundamentalmente a partir de paradigmas cualitativos y sociocríticos que conllevan a resultados más profundos en los procesos investigativos, superando las limitaciones que implican el quedarse en el positivismo.

Jóvenes el ser consciente es la mayor aproximación al conocimiento “exacto” y reflexivo de las cosas, del bien y el mal, en correspondencia con la realidad histórica cultural del individuo y ser social que la posee. Es darse cuenta de lo que pasa y se es en contexto.

La conciencia ha de facilitar la autoconciencia, entendida como proceso de reflexión en sí mismo y en contexto, a partir del marco teórico elaborado por el ser humano en su proceso de aprendizaje, que le ha de permitir su autoconocimiento, autoconcepto, condición indispensable para alcanzar la autorrealización personal y social del individuo en el marco de las condiciones históricas y culturales de las que es parte y sujeto elaborador.

Apropiandose de estos principios es posible desarrollar la vida con la consciencia inmediata y mediata de que los actos humanos no sólo tengan en cuenta el presente, sino fundamentalmente las futuras generaciones, en tanto lo que se haga con la naturaleza, a través del desarrollo social de hoy, determinará la vida que ellas llevarán mañana.


Elaborado por Jairo Castañeda Gutiérrez
Correo electrónico laluzdelposte@gmail.com