Sólo el estudio, la investigación, el diálogo y la reflexión sobre la vida del hombre en todas sus dimensiones nos acerca a la verdad.

martes, 8 de febrero de 2011

ASPECTOS INHERENTES A LA LABOR DOCENTE HOY

Elaborado por Jairo José Castañeda Gutiérrez
Correo Electrónico laluzdelposte@gmail.com

En los últimos cuarenta años en el país se han agudizado los procesos inflacionarios, la descomposición social, el creciente desempleo, la polarización política, etc., debido a que la estructura socioeconómica dominante, está orientada principalmente a la satisfacción de las necesidades individuales y grupales, desde lo que cada clase social, fragmento o miembro de ella en el poder considere conveniente y necesario, lo cual no ha permitido el desarrollo de salidas colectivas que beneficien a todos los habitantes de nuestro país.

Esto ha determinado el mayor impulso de actividades económicas tales como el rebusque, el tráfico de drogas, el cruce, la informalidad en general, producto de las necesidades y la insatisfacción material y espiritual que, en aspectos esenciales de la vida, experimentan los miembros de esta sociedad capitalista de consumo, cambiando el destino de la niñez, la juventud y el adulto, sustrayendo a la gran mayoría de ellos de la convivencia social, individualizándolos, casi en términos absolutos.

El hombre colombiano, al igual que gran parte de la humanidad, se encuentra sumido en la búsqueda de lo material, alimento, bebida, techo, vestido. Anhelando propiedad, prebendas personales, búsqueda de poder, prestigio, sin meditar profundamente acerca de las acciones que realiza para conseguirlo y sus consecuencias. Deseando recibir todo y, sobre todo, dar poco o, mejor aún, no dar nada. Desconociendo y menospreciando al medio ambiente natural, al otro, a su sí mismo, pues, en su intencionalidad e intereses, predomina la satisfacción individual.

Sus razones para vivir son, fundamentalmente, el dinero, “el amor” y la seguridad personal, en donde el primero, el dinero, es el que, según él lo garantiza todo. O sea, el triunfo del individualismo sobre la persona, la familia, la escuela, la sociedad, la humanidad. En síntesis, sacar el mayor provecho económico, con el menor esfuerzo físico, biológico, intelectual y social, en la búsqueda del mayor margen de ganancias posible.

Esta situación se ha reflejado en la educación en la pérdida de perspectivas personales y sociales de la mayoría de los integrantes de la comunidad educativa, afectando su subjetividad, fundamentalmente de estudiantes y docentes, haciendo girar la vida escolar alrededor de la búsqueda de satisfacciones materiales. Para los primeros, los alumnos, lo fundamental es ser promocionados con el menor esfuerzo intelectual posible. Para los segundos, el ser docentes es, esencialmente, la labor que les permite subsistir materialmente. Predominando en ellos, principalmente el ser receptores, transmisores de información, repetidores, manejándose en el plano de las descripciones o interpretaciones superficiales que, en la mayoría de los casos, no van más allá de lo sensorial, no superando niveles nocionales.

En la comunidad educativa prevalece la poca preocupación y atención por los procesos autoformativos, reinando el consumismo, sin valorar las consecuencias futuras de esas actitudes. De la misma forma en que al amante del dinero sólo le interesa el beneficio, la ganancia obtenida en su labor, sin importarle a qué o a quien afecta, sin prever los posibles perjuicios que él o sus más allegados podrían sufrir con las acciones que adelanta para obtener más y más ganancias.

Lo expuesto se traduce en un conjunto de actitudes que identifican la práctica de algunos docentes en las instituciones educativas, dando la impresión de no desear estar desarrollando a cabalidad su labor. Como si se consideraran, consciente o inconscientemente, docentes retirados de la institución y/o de la educación.

Algunas de las siguientes actitudes y/o situaciones, caracterizan el desempeño profesional de muchos docentes en las actividades escolares que desarrollan:

• Reducir su esfuerzo al mínimo, aportando poco al proceso educativo, determinado por considerar próxima la jubilación o estar esperando el retiro forzoso.

• Convertir su labor en una acción repetitiva de lo poco que alcanzó a elaborar en ese lapso corto y brillante de tiempo de trabajo serio y profundo que tuvo en su larga carrera docente, sea al comienzo o en cualquier momento de ella. Afirmando saber lo que viene, lo que toca, etc., no preparando clase alguna. Expresando una posición anticientífica, considerando en la práctica, que la realidad no ha avanzado más y, por ende, no se necesita seguir incrementando los conocimientos sobre ella.

• Trabajar por y para sí mismo. Importándole poco el estudiante, la institución, su avance, su progreso. Lo hacen como un medio de alimentar su ego, su posición individual en la escuela y/o la sociedad. No propiciando la investigación como actividad social, propia e inherente a toda la comunidad educativa.

• Someterse a lo establecido en la institución. Sea porque lo disponga la directiva, por pereza o por evitar “problemas”. No expresando sus criterios cuando no comparte algo, ni involucrándose en los procesos de discusión que conlleven a la elaboración o reelaboración de lo existente.

• No utilizar los espacios institucionales (reunión de profesores, jornadas pedagógicas, comisiones de evaluación, evaluación institucional, instancias de gobierno escolar, etc) para expresar sus opiniones. Formando corrillos y/o grupillos para indisponer a los directivos y/o a aquellas personas, dentro de la comunidad educativa, a las que considera “enemigos”. No enfrentando sus responsabilidades, creando a su alrededor, otra institución que limita el crecimiento y desarrollo de la totalidad.

• Estar pendiente sólo de lo que para él está malo, rompiendo la relación entre lo que se está haciendo y lo nuevo que se propone con las innovaciones que se quieren impulsar.

• Recurrir al enjuiciamiento personal desde sus intenciones, desde lo que él busca, al no tener los argumentos teóricos suficientes para participar en las discusiones o debates que se dan en la institución.

• Aferrarse, consciente o inconscientemente, a su posición ideológica contraria al cambio, sin motivarse a la búsqueda de conocimientos teórico pedagógicos que le faciliten la comprensión de su situación, construyendo nuevos conocimientos, procedimientos, habilidades y actitudes acordes con las nuevas exigencias educativas y sociales que hace la realidad, de la que él es parte constitutiva, promotora y constructora, garantizando un mejor desempeño profesional.

• Tener dificultades para inferir las propuestas y/o soluciones que se desprenden de las posiciones diferentes o contrarias a las suyas, reconociendo en ellas, sólo lo más tangible que desea y/o puede encontrar, siempre y cuando ratifiquen su posición, sin interesarse en modificar tal situación en su desempeño profesional.

• Hacer énfasis sólo en consultar información bibliográfica, sin llegar a comprometerse en los procesos de investigación indispensables, que le permitan aproximarse a la realidad educativa escolar que enfrenta en calidad de científico (a) en el área de conocimientos y/o formación en que se desenvuelve, para cualificar los referentes teóricos que tiene, con el fin de mejorar y enriquecer su práctica pedagógica, que implica el mejoramiento de los estudiantes.

• Aceptar lo que se lee o estudia, tal como se presenta. Limitándolo a sus saberes previos, no sometiéndolo a crítica, para producir modificaciones sustanciales en lo estudiado, dificultando su comprensión y posterior difusión como propuesta de información y/o conocimiento a los estudiantes.

• Imponer abierta o sutilmente los saberes que se tienen, desconociendo los saberes previos y/o interpretaciones del estudiante, exigiendo la repetición de lo informado en el desarrollo de las clases, no promoviendo nuevas explicaciones ni elaboración de conocimientos.

• Considerar que la labor docente es sólo un medio de subsistencia. De tal manera que poco le importan los procesos y/o resultados de ella. Interesándole cumplir con su tiempo de trabajo, no siendo consciente de si le aporta o no a la formación de los estudiantes y al desarrollo de la institución.

• Poseer poco conocimiento y conciencia de la pertenencia social e ideológica que se tiene con un grupo social dado, aunque sus actitudes y acciones, en lo relativo al estilo de vida que expresa y propone, correspondan a las aspiraciones del grupo o clase dominante en nuestra sociedad.

• Autoatribuirse, en términos de conocimientos, habilidades, procedimientos, valores, emociones y sentimientos, cualidades diferentes y/o contrarias a las que debe desarrollar para ser un verdadero educador.

• Poseer un concepto de sí mismo y de su labor, que no expresa las necesidades fundamentales que hacen lo progresar históricamente a él, la institución, el contexto, el país, el mundo.

• Desconocer el papel que como individuo y ser humano tiene el docente en la historia, desde los diferentes roles que desempeñe en la vida. Siempre en pro del desarrollo humano, promoviendo simultáneamente la recuperación, preservación y mantenimiento de la naturaleza.

• En síntesis, no comprender que la educación es un proceso para toda la vida, cuya finalidad esencial hoy, es la liberación del hombre por sí mismo, de toda clase de ataduras sean materiales o espirituales. Promoviendo la ruptura y superación espiritual e intelectual con todo tipo de relación social asimétrica tendiente a la apropiación privada de los bienes materiales, del trabajo humano y sus frutos.

A MANERA DE CONCLUSIÓN Y DE PROPUESTA:

Es imperativo fortalecer los procesos formativos y autoformativos de docentes, estudiantes y padres de familia, alrededor de una nueva propuesta de vida que considere la búsqueda de la satisfacción de las necesidades fundamentales del ser humano, a través del trabajo.

Se entiende por trabajo el proceso de transformación material, intelectual y espiritual permanente del individuo, de los grupos sociales y de su contexto histórico cultural, que conduzca desde la educación, a mejorar las relaciones sociales predominantes en el municipio, departamento, región, país, el mundo, a la conformación de comunidad, de vida colectiva, con base en la construcción de identidad social.

El docente debe facilitar las posibilidades (experiencias de aprendizaje) cognoscitivas, valorativas y volitivas a los estudiantes con los que se relaciona, de manera interestructurante, para que superen las concepciones que los mantienen dependiendo absolutamente, de fuerzas externas a ellos mismos.

El docente ha de promover el estudio, la investigación, la elaboración de conocimientos con base en un Proceso Enseñanza Aprendizaje Escolarizado, que problematice todas las necesidades y expresiones de la vida escolar y social, apuntando a la búsqueda de sus raíces y de las posibles consecuencias que se podrían derivar de las propuestas que se hacen para su solución.

La labor del docente ha de expresarse en la caracterización de la escuela como espacio de participación permanente, que facilite a cada miembro de la comunidad educativa, fundamentalmente a los estudiantes, el dar a conocer las interpretaciones y elaboraciones que haga de los problemas sociales, de la historia local, del país y del mundo, de sus experiencias y reflexiones sobre las áreas de conocimiento y formativas con las interactúe cognoscitivamente, como parte del contexto en que están inmersos y expresión de lo que ellos consideran indispensable en su devenir histórico, propiciando su desarrollo autónomo individual y colectivamente. Con el objetivo de valorar dicha participación como aporte a la construcción social de la realidad.

La Educación como proceso, no sólo de socialización y culturización, sino como medio de investigación, acceso y elaboración de conocimientos, puede proponer la necesidad de cambiar el paradigma de vida predominante en el país y el mundo, por otro que desde la diversidad, traiga identidad y progreso para el país y toda la humanidad. Proponiendo la ruptura y superación espiritual e intelectual de las relaciones sociales asimétricas imperantes, caracterizadas por la apropiación privada de los bienes materiales, del trabajo humano y sus frutos.