Sólo el estudio, la investigación, el diálogo y la reflexión sobre la vida del hombre en todas sus dimensiones nos acerca a la verdad.

domingo, 24 de junio de 2007

LA ESQUINA, SU SIGNIFICADO EN NUESTRA CULTURA POPULAR



Elaborado por: Jairo J Castañeda Gutiérrez.
Correo electrónico: laluzdelposte@gmail.com

En los barrios populares de nuestras ciudades caribeñas, las esquinas son un espacio de convergencia, en donde concurren los jóvenes y adultos a conversar, bromear, jugar, planear actividades, comentar vivencias diarias de la escuela, del trabajo, de la vida del barrio o de sí mismo.

La esquina como lugar reúne mínimas condiciones parecidas a la plaza del pequeño pueblo, del que proceden muchos de nuestros abuelos, padres y parientes en general. O se parece a ese espacio de esparcimiento en el que muchos desearíamos estar, para conversar, compartir, emulando al club social al que asisten los miembros de las clases adineradas.

Antes de que el desarrollo científico-técnico expresado a través de los medios de comunicación masiva (televisión, Internet, etc.,); antes de que la descomposición social, el creciente desempleo, el rebusque, el tráfico de drogas o el cruce, producto de las necesidades y la insatisfacción de esta sociedad capitalista de consumo, cambiara el destino de la juventud y el adulto, sustrayendo a la gran mayoría de ellos de la convivencia social, individualizándolos, casi en términos absolutos, la esquina en nuestros barrios populares, era el primer espacio, fuera de la familia y del circulo de amistades de ésta, en el que el joven interactuaba, expresando el sentido de vida elaborado hasta ese momento a la luz de su experiencia.

El joven en la escuela, el adulto en el trabajo, se relacionaba, compartía, pero, su estabilidad afectiva, emocional, ideológica, la desarrollaba en el barrio, la cuadra, en la esquina. Allí él exponía, ganaba y consolidaba espontáneamente elementos ideológicos alrededor de los cuales se organizaba.

La esquina elabora sus propios principios, sus propios significados, a partir del intercambio de las mínimas reflexiones que cada miembro de ella tiene. Esos principios tienen un carácter ético valorativo. Son una mínima cosmovisión que orienta el comportamiento de cada uno de sus miembros.

A la luz de esos elementos ideológicos, la esquina se organiza, llegando en muchas ocasiones a convertirse en la BARRA. Termino que da a entender el grado de cohesión que hay entre sus integrantes. Estos elementos llegan a ser tan profundos, que cuando alguno de ellos cambiaba de barrio o de cuadra, conservaba su pertinencia y pertenencia a la esquina, regresando a ella permanentemente. O sea, la esquina es vida para los que la constituyen.

En la esquina se planeaban actividades. Desde la hora diaria de encuentro, la charla que se daba, el desplazamiento al cine, la asistencia al baile, la programación del paseo, hasta ”ir a hacer sombra”(2), “ir a llevar línea”(3), etc., lógicamente alrededor de los elementos definidos entre todos.

Ella como espacio se desdobla. Asume características y formas, de acuerdo a las actividades que se van a realizar. Pero su sentido está presente en cada uno de los que la integran y de las acciones que se adelantan.

La esquina exige, sin que ella lo explicite abiertamente, la participación de todos sus componentes en cada actividad. Así, por ejemplo, en Barranquilla, para hacer la “bola e´pita” y jugar “al bate”; hacer la “bola de trapo”, para jugar lo que hoy llaman fútbol callejero. Se jugaba en la mitad de la Calle. La esquina se prolonga y se toma toda la calle. Además del lugar donde estaba el poste de la luz, se proyecta a toda la cuadra.

Cuando sus miembros “llevan línea”, “hacen sombra” en otras cuadras o barrios, la esquina interactúa, da a conocer sus criterios, su sentido de vida, se identifica, da y recibe, convoca y es convocada. Se le llama por lo que ella misma muestra. En este aspecto de su existencia, se defiende hasta donde sus posibilidades se lo permiten. No se deja invadir, marca su territorio. Pero, su invitación fundamental es al diálogo, a la vida sana, a la libre concurrencia.

La agresión física la utilizaban las barras que abandonaron el sentido fundamental de la vida de la esquina. O sea, que se organizaron para el consumo de vicio o el daño a los demás, imponiéndose por la fuerza o la intimidación en el barrio. Estaban conformadas por lumpen, individuos desclasados, que no participaban directa o indirectamente en los procesos productivos de la sociedad. Siendo su actividad básica el atraco, la extorsión, el tráfico de estupefacientes, etc. Estos fenómenos son más expresivos y característicos hoy, no solo a nivel popular sino en los más altos estratos sociales. Ejemplo de ello, son algunos personajes que aparecen en la salsa, tales como Pedro Navaja, Juanito Alimaña, etc.

La esquina es un espacio que asume el habitante del barrio popular como una forma espontánea de resistir, de defenderse de la característica fundamental de esta sociedad, que es la exclusión

Los espacios del buen vivir están orientados y/o determinados para los sectores dominantes. Por ello la esquina ha sido reprimida. La reprime el habitante común y corriente del barrio popular sumergido en las aspiraciones arribistas de ascenso social. Señalando al miembro de la esquina, asimilándolo como futuro ciudadano de segunda. La misma forma en que desconoce el valor de algunas profesiones aprendidas empíricamente, no producto de la escolaridad educativa formal.

A la esquina la reprime el gobierno, a través de los aparatos policiales, partiendo del supuesto de que como algunas esquinas o miembros de ellas eran delincuentes, entonces todas las esquinas eran “antisociales” y por eso había que liquidarlas.

A partir de esto, en variadas ocasiones la esquina era requisada, se le pedían documentos de identificación, se detenían sus miembros y, muchas veces, se llegaba al máximo de la violación de su derecho a existir, que era darle muerte a integrantes de ella, que no eran “delincuentes”. Pero, en el fondo era el no tolerar, el no permitir su existencia, como expresión social no excluyente.

Crear vida, elaborar un sentido de vida diferente, propia de los habitantes de los barrios populares, esa es la razón fundamental de la existencia de la esquina. Una forma de demostrar que los habitantes de los sectores populares, también son miembros de la sociedad. Una respuesta a la exclusión. En últimas, la esquina es identidad popular. Es afirmar de manera constante, aunque espontáneamente: AQUÍ ESTOY YO.

Hoy, en esencia, en su sentido fundamental de existencia, la esquina, prácticamente no existe. Es posible que el punto de reunión sea otro: La escuela, la universidad, el sitio de trabajo, el centro comercial. Pero, el barrio, la cuadra, no lo es. El poste de la luz ya no reúne, ya no convoca su espíritu. Las razones por las que se reúnen o se convocan los miembros de los barrios populares, ya no son las de la esquina. El individualismo las acabó.

La convivencia sana hoy es búsqueda individual, no de comunidades. El afán de unidad llega hasta donde cada quien, por sí y para sí mismo, va logrando lo que quería alcanzar en compañía de otros. Conseguido esto empieza lo más doloroso: La dispersión, la soledad en que cada quien vive, aún sin darse cuenta.

Los espacios para los habitantes de los barrios populares, en sociedades como la nuestra, no se otorgan. Se construyen a partir de los mínimos elementos ideológicos de identidad que cada miembro va haciendo y, que al interactuar entre sí, las elaboraciones individuales se van convirtiendo en construcciones colectivas, que marcan y se expresan para siempre en cada persona que hizo o hace parte de ellos.

La esquina no ha muerto. Ella vive en el espíritu de los que fuimos y somos miembros de esa época hermosa en que ella expresó su sentido fundamental de vida. Hoy mantenemos ese espíritu, el cual nos lleva a cada uno de nosotros, a continuar construyendo esa esquina de la que aún somos miembros y que nos llevó a escribir estas líneas.

(2) Hacer sombra: en el argot barranquillero es pasearse cerca cerca de la zonadonde está la mujer que le interesa enamorar.
(3)Llevar línea: en el lenguaje barranquillero es llevar los miembros de una cuadra su equipo de futbol callejero a jugar a otro sector

Elaborado por Jairo José Castañeda Gutiérrez.
Correo electrónico: laluzdelposte@yahoo

(1) Publicado en el Magazín Cultural del diario El Meridiano de Córdoba de la ciudad de Montería, Colombia, el domingo 5 de agosto de 2007.
Publicado en la revista WANUIKI de la Universidad De La Guajira, Extensión Maicao. Año 1, edición Nº 1 2007

1 comentario:

Alveiro Machado dijo...

Hola pelao me alegro que tus escritos los puedan leer muchas más personas que los que gracias a la cernacia de tu trabajo conocemos de tus pensamientos académicos y sociales .

éxitos en tu Labor y felices vacaciones