Sólo el estudio, la investigación, el diálogo y la reflexión sobre la vida del hombre en todas sus dimensiones nos acerca a la verdad.

domingo, 24 de junio de 2007

LA IMPORTANCIA DE VIVIR

LA IMPORTANCIA DE VIVIR

“Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere da mucho fruto. El que ama su vida la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para la vida eterna.” Jn 12, 24.

Afirmación elocuente. De un hondo significado para todos nosotros acerca de lo que es realmente la vida. Toda una concepción que involucra las diferentes etapas por las que atraviesa el hombre (unidad varón-mujer) en su desarrollo, que incluye, aunque nos parezca ilógico, la muerte.

Sin manejar conciente o inconcientemente elementos de filosofía dialéctica, es difícil comprender cómo la muerte es parte fundamental del desarrollo de todo lo que existe. Pues, cuando algo perece en el marco lógico y necesario de las posibilidades de su evolución, es porque en su interior se han creado las condiciones para pasar a un estado superior de desarrollo.

Aplicando esto a la vida humana, el marco lógico de su evolución, pasa por la conciencia y, aún mejor, de la autoconciencia de unos fines, principios, valores que iluminan y motivan el accionar material y espiritual del hombre. Lo cual involucra no sólo su existencia individual, sino, fundamentalmente, la comunidad, la sociedad de la que hace parte.

Desde ese punto de vista. Todo ser humano que desarrolle concientemente este proceso, renuncia a su existencia individual, menosprecia las propuestas de esta sociedad de consumo y se aferra a la necesidad de darse por el otro. Este proceso no tiene edad, sexo, posición socioeconómica, etc. Requiere de la más profunda reflexión espiritual, acorde con el mínimo conocimiento que cada persona sea capaz de generar sobre sí misma y su contexto.

Sin tratar de exagerar nos parece que en la Institución Educativa Nº 10, hemos tenido una expresión de lo expuesto arriba. Hablamos de ESTEFANNY VASQUEZ, la hija de Pablo Y María. En sus posibilidades fue capaz de dejar una huella profunda y para siempre.

En sus reflexiones siempre tuvo presente las ganas de vivir. Fue conciente de su enfermedad y a pesar de ello luchó por la vida. Fue estudiante ejemplar, que pensaba siempre en superarse. Los estudios representaban esa lucha. Eran el espacio en el que ella interactuaba con sus compañeros (as) y se daba como comunidad.

Por eso, hoy no sólo es recordarla. Es recoger su testimonio. Igual al atleta que al tocarle recorrer un trayecto, lo hace de la mejor forma, tratando de ser primero, para entregarle más adelante esa posición al compañero, el cual tratará de hacerlo aún mejor, para que sea su equipo el que llegue primero a la meta.

ESTEFANNY nos entregó el testimonio. Ahí está su entrega, su entereza, sus ganas de vivir. Con la esperanza puesta en Dios para ser cada día mejor como persona. Aceptemos su invitación. No solo para igualarla. Sino para ir más allá de donde ella fue. Si conocemos y creemos en su ejemplo, haremos lo que ella hizo y mucho más. Para que podamos comprender la vida que se nos dio a través de su muerte. Permitamos que de frutos. Para que no quede sola en el esfuerzo que hizo por vivir.

Sólo el que tiene ganas de vivir para siempre busca el mejor de los caminos: Dios como propuesta de vida, tratando de constituirse en imagen de él. Cada quien puede hacerlo siendo conciente de sus necesidades individuales y sociales como persona.

AUTOR: Jairo Castañeda Gutiérrez.
Correo Electrónico laluzdelposte@gmail.com

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